¿Qué te impide avanzar?

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Por mucho que desees alcanzar ese sueño, por muy buena que sea tu idea, si realmente no lo crees posible y buscas todas las excusas posible para evitar pasar a la acción, de poco te sirve.

Muchas veces tendemos a darle vueltas a las cosas, crear hipótesis… Entramos en una espiral que no nos permite avanzar, una espiral en la que continuamente nos preguntamos qué está pasando, qué nos tiene bloqueados. De este modo, dando vueltas, envitamos el tener que entrar en materia y tomar decisiones, evitamos pasar a la acción.

Mi intención no es desanimarte. Más bien lo que busco que le des una última vuelta, pero esta vez para legar a la conclusión de qué es lo que realmente te está paralizando. Una vez que hayas detectado el problema podrás ponerle solución.

Ante una situación de bloqueo, puedes actuar de varias formas…

Una de ellas es la de obviar el problema. Sabes que hay algo que no va bien, que te está frenando y no te deja avanzar, pero prefieres hacer caso omiso porque es más cómodo, ignorando el problema no tienes que preocuparte de averiguar, indagar y conocer con exactitud cada detalles; de esta manera puedes pensar que no es el momento o no depende de ti. Sabes, en el fondo, que no es así.

Otra opción es dar un paso al frente y comprometerte contigo misma a investigar y dedicar tiempo a saber qué es lo que te impide avanzar.
Sabrás el tiempo que debes dedicarle a tu proyecto, a qué tendrás que renunciar o de dónde vas a sacar el tiempo… Pero lo cierto es que esto no es suficiente. Ahora que sabes cuál es el problema, te falta dar un nuevo paso firme al frente: pasar a la acción.
A pesar de las dificultades, de los obstáculos y de lo que te cueste, ¿estás dispuesto/a a hacer lo que tengas que hacer para alcanzar tu sueño?

Si tu respuesta es sí y estás totalmente  convencido/a, de nadie más que de ti depende que puedas alcanzar los resultados que quieres obtener.
No será fácil. Nadie ha dicho que lo sea. Y unas veces el camino es más largo o más duro que otras, pero siempre se puede llegar. Y el secreto se llama constancia.

 

Si estás convencido/a de lo que quieres y consideras que merece la pena buscar la manera de lograrlo, a pesar de que ello te obligue a enfrentarte a tus miedos, tu timidez y tantas otras cosas que tendrás que asumir y gestionar, lo harás.

Calcula lo que te costará el esfuerzo de luchar por tu sueño y valora la recompensa. Y ahora, haz el calculo pero teniendo en cuenta el precio que estás pagando por no solucionar…

No se trata de un decisión fácil. Pero sí de una decisión propia y sólo de ti depende el rumbo de tu vida y lo que logres en ella.
¿Te quedas en el lugar en el que estás o decides avanzar?

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