Cómo promocionarte de manera efectiva

promocionarte¿Cómo puedo promocionarme de una forma no invasora y que resulte natural? Es una de las preguntas y dudas más frecuentes sobre la promoción, tanto a nivel profesional, como cuando hablamos de una empresa.

El intervalo entre los mensajes promocionales que lanzamos debe ser equilibrado, pero lograr ese equilibrio depende de muchos factores, entre ellos, el canal que utilizamos. El intervalo o la frecuencia con la que debemos lanzar ese mensaje no será el mismo si lo hacemos a través del correo electrónico que cuando lo hacemos a través de las redes sociales, por ejemplo.

El principal miedo que representa a la hora de promocionarnos es el parecer demasiado insistentes y que por ello nos puedan rechazar.
Nuestra percepción de lo que los demás perciben de nosotros se encuentra directamente relacionada con nuestra propia visón sobre los demás y nuestro grado de temor al rechazo.
Mantenernos en una constante alerta, pendientes continuamente de lo que los demás pueden pensar de nosotros, de si consideran que seremos capaces, de lo que puedan decir… no sólo nos crea una tensión que poco a poco se va convirtiendo en una carga cada vez más pesada, sino que nos frena a la hora de alcanzar nuestros objetivos.

Promocionarte (o a tu empresa) es parte de tu plan de marketing

Ser visible no es una opción, es una necesidad. Es fundamental que te conozcan o que conozcan tus servicios o tus productos para realizar ventas, porque sin ventas no hay ingresos y, así, más temprano que tarde tendrás que cerrar.

A estas alturas, la sobre información es un hecho. Recibimos cientos de impactos publicitarios cada día, por lo que resulta muy complicado que nos quedemos con aquellos que llegan muy de vez en cuando.

¿Cómo evitar que tu campaña sea invasiva?

Lo ideal es elaborar una campaña capaz de generar expectativa. De esta manera las personas alcanzadas que tengan interés querrán saber más.

Se calcula que para que un mensaje resulte efectivo debe llegar al menos siete veces. Para no resultar demasiado insistentes podemos enviar ese mensaje pensado para generar expectativa; y luego, en lugar de repetirlo, personalizar los mensajes, lanzarlos a modo de recordatorio («Recuerda que la promoción termina X día» , etc.).

¿Donde está el límite?

Lo cierto es que conocer el límite de cada una de las personas a las que pretendemos llegar es muy complicado. Por ello, no podemos basar nuestra estrategia en los límites de los demás, sino en los nuestros propios. Y esto conlleva asumir desde un principio que no es posible agradar a todo el mundo.

Deberas fijar unos límites propios que, poco a poco, podrás ir analizando y modificando en función de los resultados obtenidos.

Para comenzar, es conveniente que te marques el número de veces que lanzarás el mensaje en un plazo determinado teniendo en cuenta el canal y aspectos como un tiempo prudente para que el destinatario pueda verlo, leerlo, responder, etc. El usuario o posible cliente precisa de un tiempo prudente.

Como decía antes, debemos asumir que no podemos agradar a todo el mundo. Por ello, siempre que sea posible, agrega una función que permita a los usuarios no interesados darse de baja para no recibir más mensajes promocionales de tu parte. Un ejemplo en el que podrías poner esto en práctica es en tus campañas de email.

Ten en cuenta que en las redes la frecuencia o es la misma. Facebook, por ejemplo, ha restringido el alcance de las publicaciones a un porcentaje muy bajo, or lo que no todos tus fans verán tu publicación.

El compromiso y la constancia son bien valorados por los usuarios. Por ello, conviene que programes tus emails para el mismo día cada mes, o tus artículos para que salgan siempre el mismo día de la semana, etc.

 

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